martes, 12 de junio de 2012

Zona de Confort...



Cada día es más frecuente oír hablar acerca de la zona de confort pero todavía hay quienes no comprenden de que se trata.

Todo lo que nos es conocido, nuestra familia, hábitos, los amigos, el barrio, la escuela o trabajo, costumbres, creencias, prejuicios, valores, conforman un espacio en el que nos sentimos cómodos, seguros y no nos atrevemos a cruzar la línea que nos saque fuera de ese lugar que no necesariamente nos es grato, pero por conocido nos da la ilusión de seguridad.

En realidad creamos ideas sobre nosotros para poder sentirnos seguros (y quizás importantes o especiales) y no las abandonamos aunque esa idea sea que somos esbeltos y hemos aumentado 100 libras… pero no abandonas la idea de tu esbeltez porque el mundo de los delgados te es conocido, seguro y entrar al mundo de los gordos puede resultarte un cambio impensable.

Podemos pasar toda la vida moviéndonos en ese ámbito en el que nacimos, que crearon nuestras familias y, aunque, no sea precisamente aquello que soñamos para nuestra vida, nos conformamos con que “es lo que nos tocó vivir” y no nos atrevemos (más bien ni se nos ocurre) explorar otro territorio distinto, fuera de esa zona…

Cada cual construye un territorio con sus propias rutinas y será un lugar en  que se siente confortable. En ese espacio caben la familia, los amigos, el barrio, la escuela, los ritos religiosos, etc. Y todo lo que desconocemos y, por eso mismo amenazante, queda fuera de ese espacio y podemos pasarnos la vida sin explorarlo.

Y en esa zona transcurre la vida de muchos… sin atreverse a salir de allí para explorar espacios diferentes. Todo lo que esté fuera de esa zona lo juzgan de malo o prohibido. Y así –tristemente– vemos a personas que jamás se han movido de su reducto protegido.

Los seres humanos somos animales de costumbres y si nos habituamos a algo lo repetiremos siempre… por eso es tan fácil programar la mente humana. De pronto nos sorprendemos cuando vemos a conejillos de indias respondiendo a los estímulos de sus programadores y sin darnos cuenta de que nosotros somos exactamente como ellos, aceptando las manipulaciones del gobierno, la televisión, la religión, los colegios, la sociedad en general, las modas etc…

A veces resulta difícil comprender que una persona no se atreva a generar un cambio radical en su vida cuando se da cuenta de que no es lo que desea, que no es feliz y sobre todo que ese espacio, lugar, o relación ya no van más… De pronto creo que vivimos en una sociedad masoquista, ya que diariamente veo a personas que eligen vivir un calvario solo por mantener las apariencias o por simple comodidad… y sobre todo me cuesta mucho comprender que alguien pueda renunciar a la felicidad por temor a explorar otras zonas que le atraen mucho, pero que les han dicho que está mal ir hacia allá, que es cosa de locos, de alternativos desempleados ¡Uff! Y resistan seguir en el dolor, aún aminorándolo con pastillas…

Comprendo que no todas las personas están en capacidad de tomar decisiones en sus vidas. A quienes se han dejado llevar toda la vida les costará empoderarse, pero me parece mucho más doloroso hacer del sufrimiento una opción…

Todos conocemos historia, películas, y hasta hemos vivido procesos (dictaduras) en que se nos ha prohibido hacer, decir, leer o ir… pero la prohibición es externa. Desde afuera nos impiden hacer algo, pero nosotros internamente seguimos siendo libres… Lo terrible de no querer abandonar la zona de confort es que es una elección personal.

Por eso intenta conocer otros espacios… Toma el colectivo o bus para saber como es el transporte público… de vez en cuando da una caminata por lugares alejados de tu rutina… Acepta una invitación de alguien a quien nunca has frecuentado… Puedes probar el tabaco o la marihuana para saber que se siente fumar… o bañarte desnud@ en una playa solitaria... o tirar piedras a un lago como hacen los niños... Caminar descalza por Central Park ¿Por qué no?… en fin… puedes experimentar tantas cosas sin hacerte daño… y todo para darte cuenta de que los límites están en tu mente… Deja de clasificar todo de bueno o malo y abandona tu sitio confortable, que ya sabemos que tan confortable no es…

Hay un mundo maravilloso afuera esperándote...

Atrévete a saltar al vacío… Serás sostenido… Te lo prometo!  

Me® 

 Si reenvías este texto, respeta el trabajo de la autora, no elimines ni cambies su nombre ni el texto. Cita la fuente correctamente. Se consciente de tu ética espiritual.

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